Esta vez no hablo de amor, esta vez hablo de la pérdida de un ser tan querido que el simple hecho de pensar que jamás volverás a verle sonreír te hace sentir lo miserable que puede llegar a ser la existencia del ser humano. La muerte no se supera, aprendes a convivir con ella, sabiendo que algún día vendrá a por ti y en el caso de los más afortunados, aquellos que creen que hay algo más allá de esta vida, te vuelva a reunir con tus seres más queridos.
Hoy te diré que te echo de menos a cada minuto, no tengo la certeza de volver a verte, pero lo espero, daría mi vida por abrazarte una vez más, decirte cuanto te quiero y pedirte perdón por todos aquellos momentos que no pasé junto a ti.
En algún momento de nuestras vidas todos nos enfrentamos a casas llenas de recuerdos que perdurarán por siempre en nuestros corazones, si ya es tarde para decirle cuanto le quieres no temas llorar, dicen que las lágrimas limpian el alma y si aún estás a tiempo no pierdas la oportunidad de demostrar a tus seres queridos lo importantes que son en tu vida, no es un signo de debilidad, por el contrario el valor de abrirte a la gente que te rodea te llevará a vivir en paz contigo mismo el resto de tus días, pero claro, esta es solo mi opinión.
En memoria a mi abuela Carmen, no hay nadie mejor por quien volver a escribir.